¡Deja de ver Sálvame!

Telebasura

Telebasura

Gerente de un hospital que llama por teléfono

– En Sálvame están dando información falsa sobre Paciente Famoso (nombre figurado, claro) ¿Cómo lo desmentimos? ¿Qué hacemos?

– De momento, deja de ver «Sálvame».

Las personas de cierta relevancia pública que son tratadas en los centros sanitarios suelen acaparar la atención de los medios, tanto los «serios» como los del «colorín», y requieren de una dedicación adicional por parte de quienes nos dedicamos a la comunicación porque tenemos que mantener el equilibrio entre la demanda de información de los primeros y los deseos del –en este caso– ya paciente sobre su intimidad y privacidad.

En estas situaciones, lo que solemos hacer es ponernos en contacto con el usuario o la familia, exponerle la situación y acordar qué tipo de información quiere que se aporte desde el hospital y con qué cadencia. Entendemos que es mejor ofrecer estos partes, aunque sean escuetos, porque se satisface la demanda de los medios con información veraz y se evitan elucubraciones o noticias interesadas de fuentes poco solventes. Pero la historia clínica es propiedad del paciente y la decisión sobre la información que se da, o si no se da, es suya o de sus representantes.

Así, lo normal es que se den partes diarios o cuando la situación varíe, siempre con el consenso del propio paciente; pero se trata de una información que no siempre es suficiente cuando se buscan detalles escabrosos y cuando hay medios insaciables. Y no ayudan los espontáneos –en muchos casos familiares de los propios personajes públicos que nos han pedido mesura– que se prodigan en detalles, que se ofrecen a los medios contando cada una de las novedades, que tienen sus minutos de gloria ejerciendo de portavoces.

Y últimamente parece que todo vale. Y ya no hay reglas, ni tácitas ni efectivas. Y eso dificulta la reacción.

Se suponía que había determinadas normas. En teoría, el Derecho a la Información es uno de los Derechos Fundamentales recogidos en la Constitución, uno de nuestros logros, que nos permite vertebrar la sociedad y afianzar la democracia. Y el único adjetivo con el que se prodiga el artículo 20 es el de veraz, asociado a información. Y también en teoría, el periodista cuenta con un código deontológico que ha de regir su manera de actuar con vistas a ofrecer el mejor servicio a la ciudadanía. Pero las viejas claves del periodismo no valen en este mercado del espectáculo –me niego a llamarlo periodismo, oficio al que respeto demasiado– donde da igual quien hable, la procedencia de las exclusivas –me niego a llamarlas información, le tengo mucho respeto a lo que representa– o si éstas tienen el más mínimo atisbo de fiabilidad.

Por eso es tan difícil actuar en estas situaciones. Porque ¿hacemos un comunicado? ¿desmintiendo qué: los cotilleos de personajes en medios inclasificables? ¿Entran los profesionales en el programa en la ronda de aludidos y discuten con estos personajes si su exclusiva o la información sanitaria es más fiable? ¿No es eso alimentar el morbo y dar más madera?

2 comentarios en “¡Deja de ver Sálvame!

  1. coincido con el enfoque del articulo : igual que no me intoxico con heroina , intento (y logro) filtrar la informacion (y medios) que «consumo». No es tan dificil detectar la basura y alejarse de ella.

    • Gracias, Herrerillo… Pero ojalá mucha gente fuera como tu. Conozco algunas que consumen y se lo creen. También podríamos hablar (lo haremos en otra entrada) sobre las nubes de reporteros apostados a las puertas de los hospitales. En fin…

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