Llevo encasquillada en la recámara una reflexión desde hace unos meses (igual llego desfasada). Y aprovecho también para traer este caso y volver al germen de este blog (espero estar a tiempo). Dos pájaros de un tiro.
Coordinador de trasplantes que, tras sufrir durante meses el ajuste presupuestario, llega con una proposición.
-Queremos hacer una jornada muy participativa, con muchas personas y necesitamos hacer camisetas.
-Sabes que lo primero que ha caído ha sido el merchandising.
-Pero tengo la solución: un banco nos las patrocina.
Estuvimos valorando durante un tiempo la oportunidad o no de que un banco patrocinara unas camisetas que iban a servir para un flashmob con motivo del Día del Donante de Órganos. Al final fue que no; entendimos que no era bueno mezclar el concepto de la generosidad que posibilita todo el proceso del trasplante con la marca de una entidad bancaria, que representa lo pecuniario, lo monetario, lo crematístico. No, perdón, no era que no fuera bueno sino que era contraproducente.
La comunicación no es sólo lo que se cuenta, lo que se escribe, sino que tiene mucho de lo que parece que no está pero está y afecta al mensaje. Se basa en marcos mentales, en ideas que terminan condicionando lo que decimos y modificando las decisiones y percepciones. Que en la imagen que iba a recibir la sociedad de un acto de promoción de la donación de órganos apareciera el nombre de un banco nos parecía lo más alejado a la idea que queríamos transmitir; y que iba a terminar perjudicando el mensaje.
He recordado esta anécdota cuando hace poco pude ver al director de la Organización Nacional de Trasplantes como parte de un anuncio de un banco. La palabra solidaridad asociada a un banco es antagonismo puro. Es una trampa a la que no sé cómo se han prestado. La imagen de uno de los sistemas más valorados por la sociedad ligada a un banco es perversión. Y no sé cómo se han prestado.
Y sin contar con la utilización tan llamativa del «mi» y la personificación en una red como la de los trasplantes en la que lo que realmente importa es cómo se compromete y trabaja cada uno de los profesionales de cada uno de los centros hospitalarios. El éxito del modelo de trasplantes de España es el «NOS», el trabajo en equipo, el engranaje perfectamente engrasado. Y la generosidad. Y el compromiso. ¿Ven algo de estos valores en un banco? ¿O en ese «mi»?
Me ha vuelto esta idea a la mente hace apenas unas semanas, cuando el protagonista de esta imagen (que se ha replicado en todas las oficinas bancarias de España) anunció públicamente que había desmontado un caso de venta de órganos y defendió a capa y espada el carácter altruista del modelo y que nunca se permitirá el intercambio monetario en este proceso. ¡Vaya, intercambio monetario…! ¡Vaya, transacción interesada…! ¡Vaya, 40.000 euros…! Conceptos, todos, contrarios a la ONT y que validó ese mismo señor al aparecer como imagen de un banco. No sé cómo se ha prestado.
Hay quienes aceptan sin problema que el medio puede condicionar el mensaje. Opciones más radicales en el ámbito de la comunicación sostienen que «el medio ES el mensaje».
En cualquier caso ¿no habría que cuidar qué elementos del medio pueden causar en el receptor un impacto contrario a la finalidad del mensaje?
Espero que no te importe que me lleve el debate al Grupo «Comunicación en Salud» de LinkedIn.
Un cordial saludo y ¡buena caza!
Gracias, José, por pasarte por aquí y por pensar que esta reflexión puede servir para un debate. Tuyo es, éste y todos, que si los dejo por aquí es por si puede ayudar (o no). Buena caza para tí también. Gracias y saludos.
Yo creo que ya se está aquí el futuro gran negocio, venta de órganos al por mayor, primero la propaganda banquera, que buenos son dirán los mas incautos y digo yo si un banco quiere hacer propaganda para concienciar al personal de que es bueno conseguir órganos para gente necesitada, cosa que me parece bien, que hagan la publicidad pero no en nombre de nadie, ahí es el donante el héroe y nunca se dice quien fue, segundo si se empiezan a mercantilizar los órganos, quién decide a quien se le implanta y cuanto se le cobra? En un país donde la asignatura que mas se aprueba y que tiene mas sobresalientes, es la corrupción. Yo no soy médico pero se que entre este «oficio» también existen «sobresalientes» no tantos como en la banca y la política desde luego, pero solo tengo que ver lo corrompida que está mi Comunidad-Catalunya para no fiarme ni del gran hacedor, y no hablemos del gobierno que tenemos en España. Respecto al negocio Sanitario, que les pregunten a esos dos pacientes a los que un médico de la Mutua de Tarrasa les pidió creo que 8.000€ si no querían hacer una larga lista de espera, uno de ellos al recriminarlo dijo que si no pagaba por sus «cojones» que no lo operaba. Esta mutua esta super-corrompida y el gobierna de la Generalitat ante tal escándalo le impuso una multa, menor de lo que cobró a los pacientes. Dono un órgano y de cinco enfermos uno es rico y como soy mal pensado debido a las muestras de corrupción de todos los organismos, creo que se lo apropiará el rico, los pobres que se mueran.