
Ilustración publicada en Lamuy para acompañar este artículo
El día en que me vi mirando atónita el averiado dildo sin saber en qué cubo depositarlo, entendí que lo de reciclar se me había ido de las manos. Mi conciencia social y la imagen de una tortuga atacada por un objeto fálico flotante me podía.
Sigue leyendo aquí (tercer artículo publicado en Lamuy)